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Actualización de la política de no discriminación

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La sarcoidosis se identificó a fines de la década de 1860. Es una enfermedad inflamatoria que afecta a uno o más órganos, pero afecta con mayor frecuencia a los pulmones y los ganglios linfáticos. Esta inflamación produce pequeños bultos de células en varios órganos del cuerpo. Los bultos se llaman granulomas porque parecen granos de azúcar o arena. Son el signo clásico de la sarcoidosis y, como son muy pequeños, solo se pueden ver con un microscopio.

Estos diminutos granulomas pueden crecer y agruparse, formando grupos grandes y pequeños de bultos. Si se forman muchos granulomas en un órgano, pueden cambiar su estructura normal y posiblemente afectar el funcionamiento del órgano. La sarcoidosis puede afectar muchos órganos, pero generalmente comienza en los pulmones o en los ganglios linfáticos.

Se desconoce la causa exacta de la sarcoidosis, pero los investigadores creen que es causada por una respuesta inmunitaria anormal. La enfermedad puede aparecer repentinamente y luego desaparecer, o puede desarrollarse gradualmente y producir síntomas que aparecen y desaparecen durante toda la vida.

Síntomas

Si bien algunos pacientes con sarcoidosis pueden no mostrar signos de la enfermedad, existen muchos síntomas asociados.

  • General
    • Boca seca
    • Fiebre
    • Pérdida de peso
    • Fatiga
    • Sudores nocturnos
    • Articulaciones hinchadas y dolorosas
    • Congestión nasal
    • Voz ronca
    • Dolor en las manos, los pies u otras áreas óseas.
    • Sensación general de mala salud
  • Piel
    • Bultos o parches rojizos en la piel o debajo de la piel
  • Pulmones
    • Dificultad para respirar
    • Tos que no desaparece
    • Dolor en el pecho
  • Ojos
    • Ojos enrojecidos o llorosos
    • Visión borrosa
  • Sistema neurológico / nervioso
    • Problemas de marcha
    • Dolor de cabeza
    • Meningitis
  • Glándulas linfáticas
    • Ganglios linfáticos agrandados en el pecho alrededor de los pulmones y en otras partes del cuerpo.
  • Cardíaco
    • Desarrollo de latidos anormales o perdidos (arritmias), inflamación de la cubierta del corazón (pericarditis) o insuficiencia cardíaca.
  • Riñón
    • Cálculos renales