La hepatitis A es una infección que afecta la función hepática. Se propaga muy fácilmente y, a menudo, se contrae a través de alimentos o agua contaminados o por contacto con una persona infectada. Los síntomas incluyen ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), fatiga y dolor abdominal debajo de las costillas del lado derecho. La mayoría de los casos de hepatitis A no causan daño hepático permanente y son curables.