La hepatitis C es un virus que causa inflamación del hígado y se transmite a través de la exposición a la sangre de una persona infectada. Los síntomas, que incluyen ictericia (color amarillo de la piel y los ojos), fatiga y dolor de estómago, pueden no estar presentes y la infección puede no detectarse. Años después de que la infección haya causado daño hepático permanente, los síntomas pueden incluir sangrado fácil, confusión, hinchazón de las piernas y más.