La ablación por microondas es un tratamiento contra el cáncer en el que se envía energía de microondas a través de una antena de microondas estrecha que se ha colocado dentro de un tumor. La energía de las microondas genera calor, que destruye las células y los tejidos enfermos. Es un método más nuevo para tratar el cáncer de pulmón que puede atacar y matar las células cancerosas y aliviar el dolor.
Cómo prepararse para la ablación por microondas
Antes del tratamiento con ablación por microondas, se realiza al paciente un examen físico y un historial médico, y el médico puede ordenar una o más pruebas.
Los pacientes deben informar a su médico sobre cualquier alergia a medicamentos o si han tenido problemas con la anestesia. El cirujano dará instrucciones específicas sobre restricciones dietéticas o de actividad y también le indicará si es seguro tomar algún medicamento habitual antes del procedimiento o el día del procedimiento. También se les puede pedir a los pacientes que no coman ni beban después de la medianoche anterior al procedimiento, y es posible que deseen pedirle a un amigo o familiar que los lleve al procedimiento.
Qué esperar durante la ablación por microondas
La ablación por microondas se puede realizar de forma ambulatoria y es posible que no requiera anestesia general; a menudo, un sedante suave y un anestésico local son suficientes. Se colocará al paciente en una mesa de examen y se le conectará a máquinas que monitorean la frecuencia cardíaca y la presión arterial durante el procedimiento. Una enfermera o un tecnólogo insertará una vía intravenosa (IV) en la mano o el brazo del paciente para administrar sedantes y otros medicamentos y líquidos.
El médico utilizará una tomografía computarizada para localizar con precisión el tumor. Se hace una pequeña incisión y se hace avanzar una antena a través de la incisión hasta el sitio del tumor utilizando guía por TC.
Una vez que la antena esté en su lugar, se activará la fuente de energía. El calor también ayuda a cerrar los pequeños vasos sanguíneos y disminuye el riesgo de hemorragia. Una vez que las células anormales mueren, se encogen y con el tiempo se convierten en tejido cicatricial. Cada ablación dura entre 10 y 30 minutos, y el procedimiento completo suele durar entre una y tres horas.
Recuperación de la ablación por microondas
Después del procedimiento de ablación, los pacientes son llevados a una sala de recuperación de anestesia donde se controlarán sus signos vitales. Además, se les realizará una radiografía de tórax para asegurarse de que su pulmón no haya colapsado debido a una bolsa de aire creada en el espacio entre los pulmones y la pared torácica (llamada neumotórax). Si el médico encuentra un neumotórax, lo cual es poco común, es posible que le inserten un tubo para eliminar el aire.
Una vez estabilizado, el paciente puede ser trasladado a una habitación del hospital y pasar la noche. Por lo general, los pacientes son dados de alta dentro de las 24 a 48 horas posteriores a la ablación del tumor. La recuperación suele ser rápida y los pacientes pueden reanudar sus actividades normales en unos pocos días. Es posible que sientan molestias en el lugar de la aguja de ablación y que experimenten fatiga, dolor muscular y posiblemente fiebre leve (de hasta 102 °F) durante varios días después del procedimiento.