La embolización de la vena porta se aprovecha de la capacidad única del hígado de sufrir hipertrofia, o "rebrote" de forma controlada, después de que una parte del mismo haya sido privada de parte de su suministro de sangre. Los cirujanos de BMC pueden utilizar esta técnica antes de la cirugía, ya que permite la extirpación de grandes secciones tumorales del hígado que de otro modo serían inoperables.