La quimioterapia es un medicamento o una combinación de medicamentos que se usan para tratar el cáncer.
La quimioterapia se puede administrar por vía oral (en forma de pastilla) o inyectarse por vía intravenosa (IV). Cuando los medicamentos de quimioterapia ingresan al torrente sanguíneo, destruyen las células cancerosas. La quimioterapia es particularmente útil para los cánceres que han hecho metástasis o se han diseminado. La quimioterapia ataca a todas las células que se dividen rápidamente, independientemente de si son cancerosas, lo que puede provocar una serie de efectos secundarios, como caída del cabello, llagas en la boca, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, diarrea y recuentos sanguíneos bajos. Los recuentos sanguíneos bajos pueden aumentar el riesgo de infección, hematomas o sangrado, fatiga y dificultad para respirar del paciente. Los efectos secundarios de la quimioterapia generalmente son temporales y suelen desaparecer una vez finalizado el tratamiento.
Los regímenes de quimioterapia varían de un paciente a otro. Por lo general, se repiten varias veces en ciclos, con tres a cuatro semanas de separación entre cada ciclo para permitir que las células normales dañadas tengan tiempo de recuperarse. Después de las primeras dos o tres sesiones de quimioterapia, es posible que los pacientes se sometan a una tomografía computarizada o una tomografía por emisión de positrones para ver si el medicamento es efectivo. Si el medicamento no funciona, es posible que se cambie por uno nuevo.