La amigdalitis se refiere a la inflamación de las amígdalas faríngeas (glándulas en la parte posterior de la garganta, visibles a través de la boca). La inflamación puede afectar otras áreas de la parte posterior de la garganta, incluidas las adenoides y las amígdalas linguales (tejido de las amígdalas en la parte posterior de la lengua). Existen varias variaciones de amigdalitis: amigdalitis aguda, recurrente y crónica, y absceso periamigdalino.
Las infecciones virales o bacterianas y los factores inmunológicos provocan amigdalitis y sus complicaciones. Casi todos los niños en los Estados Unidos experimentan al menos un episodio de amigdalitis. Debido a las mejoras en los tratamientos médicos y quirúrgicos, las complicaciones asociadas con la amigdalitis, incluida la mortalidad, son raras.
¿Quién contrae amigdalitis?
La amigdalitis ocurre con mayor frecuencia en niños, pero rara vez en niños menores de dos años. Amigdalitis causada por bacterias (especies de estreptococos) Las especies de estreptococos generalmente ocurren en niños de 5 a 15 años, mientras que la amigdalitis viral es más común en niños más pequeños. Un absceso periamigdalino suele encontrarse en adultos jóvenes, pero ocasionalmente puede ocurrir en niños. La historia del paciente a menudo ayuda a identificar el tipo de amigdalitis presente (es decir, aguda, recurrente, crónica).
¿Qué causa la amigdalitis?
El virus del herpes simple, el Streptococcus pyogenes (GABHS), el virus de Epstein-Barr (EBV), el citomegalovirus, el adenovirus y el virus del sarampión causan la mayoría de los casos de faringitis aguda y amigdalitis aguda. Las bacterias causan entre el 15 y el 30 por ciento de los casos de faringoamigdalitis; GABHS es la causa de la mayoría de las amigdalitis bacterianas. (es decir, faringitis estreptocócica).
¿Cuáles son los síntomas de la amigdalitis?
El tipo de amigdalitis determina qué síntomas ocurrirán.
- Amigdalitis aguda: los pacientes tienen fiebre, dolor de garganta, mal aliento, disfagia (dificultad para tragar), odinofagia (dolor al tragar) y ganglios linfáticos cervicales sensibles. La obstrucción de las vías respiratorias debido a la inflamación de las amígdalas puede provocar respiración bucal, ronquidos, pausas en la respiración nocturna o apnea del sueño. El letargo y el malestar son comunes. Estos síntomas suelen resolverse en tres o cuatro días, pero pueden durar hasta dos semanas a pesar del tratamiento.
- Amigdalitis recurrente: este diagnóstico se realiza cuando un individuo tiene múltiples episodios de amigdalitis aguda en un año.
- Amigdalitis crónica: las personas suelen tener dolor de garganta crónico, halitosis, amigdalitis y ganglios cervicales persistentemente sensibles.
- Absceso periamigdalino: los individuos a menudo tienen dolor de garganta intenso, fiebre, babeo, mal aliento, trismo (dificultad para abrir la boca) y voz apagada, como la voz de “papa caliente” (como si hablaran con una papa caliente en su boca).
¿Qué sucede durante la visita al médico?
Su hijo se someterá a un examen general de oído, nariz y garganta, así como a una revisión del historial médico del paciente. Un examen físico de un paciente joven con amigdalitis puede encontrar:
- Fiebre y amígdalas inflamadas y agrandadas cubiertas de pus.
- El Streptococcus pyogenes betahemolítico del grupo A (SGAH) puede causar amigdalitis (faringitis estreptocócica) asociada con la presencia de petequias palatinas (pequeñas manchas hemorrágicas, del tamaño de una punta a una cabeza de alfiler, en el paladar blando). Los ganglios del cuello pueden estar agrandados. Una fina erupción roja en el cuerpo sugiere escarlatina. La faringitis por GABHS suele ocurrir en niños de 5 a 15 años.
- Respiración con la boca abierta y voz apagada como resultado del agrandamiento obstructivo de las amígdalas. El cambio de voz en la amigdalitis aguda no suele ser tan grave como el asociado con el absceso periamigdalino.
- Sensibilidad en los ganglios linfáticos cervicales y rigidez del cuello (a menudo se encuentra en la amigdalitis aguda).
- Signos de deshidratación (que se detectan mediante examen de la piel y las mucosas).
- La posibilidad de mononucleosis infecciosa debida al VEB en un adolescente o niño más pequeño con amigdalitis aguda, particularmente cuando los ganglios cervicales, axilares y/o inguinales están sensibles. La amigdalitis aguda se acompaña de letargo intenso, malestar general y febrícula.
- Membrana gris que cubre las amígdalas que están inflamadas por una infección por EBV. (Esta membrana se puede quitar sin sangrar). También se pueden observar petequias palatinas (puntos puntuales en el paladar blando) con una infección por EBV.
- Amígdalas rojas e inflamadas que pueden tener pequeñas úlceras en su superficie en personas con amigdalitis por el virus del herpes simple (VHS).
- Abultamiento unilateral arriba y al costado de una de las amígdalas cuando existe un absceso periamigdalino. La rigidez de la mandíbula, la dificultad para abrir la boca y el dolor referido al oído pueden presentarse en diferentes grados de gravedad.
Tratamiento
La amigdalitis generalmente se trata con un régimen de antibióticos. La reposición de líquidos y el control del dolor son importantes. Es posible que se requiera hospitalización en casos graves, especialmente cuando hay obstrucción de las vías respiratorias. Cuando la afección es crónica o recurrente, a menudo se recomienda un procedimiento quirúrgico para extirpar las amígdalas. El absceso periamigdalino puede necesitar un tratamiento más urgente para drenar el absceso.