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La tiroides es una glándula con forma de mariposa ubicada en la base de la garganta. Tiene dos lóbulos unidos en el medio por una tira de tejido (el istmo). La tiroides secreta tres hormonas principales: 1) tiroxina, que contiene yodo, necesaria para el crecimiento y el metabolismo; 2) Triyodotironina, también contiene yodo y una función similar a la tiroxina; y 3) Calcitonina, que disminuye la concentración de calcio en la sangre y aumenta el calcio en los huesos. Las tres hormonas tienen un papel importante en el crecimiento de su hijo.
El cáncer de tiroides es la tercera neoplasia maligna de tumor sólido más común y la neoplasia endocrina más común en los niños. Ocurre cuatro veces más a menudo en mujeres que en hombres y tiene características similares al cáncer de tiroides en adultos. La cirugía es el tratamiento preferido para este cáncer. Aunque el procedimiento a menudo no es complicado, los riesgos de la cirugía de tiroides incluyen parálisis de las cuerdas vocales e hipocalcemia (bajo nivel de calcio en sangre). En consecuencia, se debe consultar a un otorrinolaringólogo-cirujano de cabeza y cuello, con experiencia en problemas de cabeza y cuello.
Tipos de cáncer de tiroides en niños
Papilar
Esta forma de cáncer de tiroides ocurre en las células que producen hormonas tiroideas que contienen yodo. Este tipo, la forma más común de cáncer de tiroides en los niños, crece muy lentamente. Esta forma puede diseminarse a los ganglios linfáticos a través de los vasos linfáticos del cuello y ocasionalmente se disemina a sitios más distantes.
Folicular
Este tipo de cáncer de tiroides también se desarrolla en células que producen hormonas tiroideas que contienen yodo. La enfermedad afecta a un grupo de edad un poco mayor y es menos común en los niños. Es más probable que este tipo de cáncer de tiroides se propague al cuello a través de los vasos sanguíneos, lo que hace que el cáncer se extienda a otras partes del cuerpo, lo que dificulta el control de la enfermedad.
Medular
Esta forma rara de cáncer de tiroides se desarrolla en células que producen calcitonina, una hormona que no contiene yodo. Este cáncer tiende a extenderse a otras partes del cuerpo y constituye alrededor del 5 al 10 por ciento de todas las neoplasias malignas de la tiroides. El carcinoma medular de tiroides (MTC) en la población pediátrica generalmente se asocia con afecciones genéticas hereditarias específicas, como la neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN2).
Anaplástico
Este es el cáncer de tiroides de más rápido crecimiento, con células anormales que crecen y se diseminan rápidamente, especialmente localmente en el cuello. Esta forma de cáncer no se ve en niños.
Síntomas
Los síntomas de esta enfermedad varían. Su hijo puede tener un bulto en el cuello, ganglios linfáticos inflamados persistentes, sensación de opresión o plenitud en el cuello, dificultad para respirar o tragar, o ronquera.
Diagnóstico
Si se presenta alguno de estos síntomas, consulte al médico de su hijo para una evaluación. La evaluación debe consistir en un examen de cabeza y cuello para determinar si existen bultos inusuales. Es posible que se solicite un análisis de sangre para determinar cómo está funcionando la tiroides. La ecografía utiliza ondas sonoras y una computadora para crear una imagen del contenido de la glándula tiroides y el cuello, como los ganglios linfáticos. Otras pruebas que pueden estar justificadas incluyen una gammagrafía con yodo radiactivo, que proporciona información sobre la forma y función de la tiroides, identificando áreas en la tiroides que no absorben yodo de la manera normal, o una biopsia con aguja fina de cualquier bulto anormal en la tiroides cuello. A veces es necesario extirpar una parte del tumor o uno de los lóbulos de la glándula tiroides, lo que se conoce como lobectomía tiroidea, para realizar un análisis que ayude a establecer un diagnóstico y un plan de tratamiento.
Tratamientos para el cáncer de tiroides
Si se descubre que el tumor es maligno, se recomienda la cirugía. La cirugía puede consistir en una lobectomía, tiroidectomía subtotal (extirpación de al menos un lóbulo y hasta la extirpación casi total de la glándula tiroides) o una tiroidectomía total. En los niños con cáncer de tiroides papilar o folicular, la tiroidectomía total o casi total es actualmente el estándar de práctica, ya que los niños generalmente tienen una enfermedad más extensa en el momento de la presentación, tienen tasas más altas de diseminación y reduce el riesgo de recurrencia. En los niños, existe una mayor necesidad de repetir la cirugía cuando se realiza menos de una tiroidectomía total. Es posible que sea necesario extirpar los ganglios linfáticos del cuello como parte del tratamiento del cáncer de tiroides si existe la sospecha de diseminación del cáncer a los ganglios linfáticos.
La cirugía puede ir seguida de una terapia con yodo radiactivo para destruir las células cancerosas que quedan después de la cirugía. Es posible que sea necesario administrar terapia con hormona tiroidea durante toda la vida de su hijo para reemplazar las hormonas normales y retrasar el crecimiento de las células cancerosas residuales.
Si el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, se puede administrar quimioterapia (tratamiento con sustancias químicas o medicamentos). Esta terapia interfiere con la capacidad de la célula cancerosa para crecer o reproducirse. Los diferentes grupos de medicamentos funcionan de diferentes maneras para combatir las células cancerosas y reducir los tumores. También es posible que se requiera tratamiento con radiación para el tratamiento de algunas formas de cáncer de tiroides.
En general, los resultados del tratamiento para este tipo de cáncer en los niños tienden a ser excelentes. Los mejores resultados se observan en las adolescentes, el cáncer de tipo papilar y los tumores localizados en la glándula tiroides.